Rodolfo Kusch: olvidado y rescatado vivo
Cuando se sube a la iglesia de Santa Ana del Cusco, se experimenta la fatiga de un largo peregrinaje. Ahí se suceden las calles malolientes con todo ese viejo compromiso con verdades desconocidas. (…) Todo parece hacerse más tortuoso, porque no se trata del cansancio físico, sino del temor por nuestras buenas cosas que hemos