“Valoramos enormemente el sacrificio, dice el comunicado, en la IX marcha, que venciendo las inclemencias del tiempo, el insulto y la humillación, el dolor de la muerte de hermanos, mostraron siempre una encomiable actitud pacífica, aferrados a su fe y esperanza, cuya fortaleza lo hizo llegar a la sede del Gobierno. Es, precisamente, en ese marco, que la columna de la marcha merece ser escuchada y tomada en cuenta en sus demandas”.
“Por eso, agrega el obispo, pedimos a las autoridades del gobierno evitar actitudes y argumentos descalificadores” y añade que “una carretera siempre será un signo de desarrollo necesario y realizado de la manera más adecuada, pero por encima de todo desarrollo está el firme convencimiento constitucional de respeto a los recursos naturales, la protección de los parques nacionales y el reconocimiento de los derechos indígenas, titulares de su territorio”.
Monseñor Juárez alienta a “nuestros hermanos indígenas a seguir adelante con sus justas aspiraciones, que son las de la mayoría de los bolivianos. Su visión sobre los recursos naturales es compartida por la fe cristiana. La Creación es don de Dios para la vida”.
Finalmente el prelado pide orar al Dios de la vida para que a través de su Espíritu Santo, asista a las autoridades y dirigentes para que con sabiduría y humildad, encuentren soluciones auténticas, que devuelvan la paz, en la justicia y la verdad.
El conflicto
El reclamo por la defensa y el reconocimiento de los derechos de los pueblos y naciones indígenas sobre su territorio que realizan las Marchas Indígenas se iniciaron en 1990.
A esto se sumó el conflicto generado por el anuncio del gobierno de Evo Morales de construir una megacarretera transoceánica que atravesaría el corazón del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
A pesar de haber transcurrido un poco más de dos décadas de reclamos, denuncias y la exigencia del cumplimiento de las leyes bolivianas, la demanda por la tierra y por la defensa de los recursos naturales sigue sin resolverse y además generó un aumento de la violencia en los enfrentamientos entre ambas partes del conflicto.+