Un estudio realizado con escáneres cerebrales reveló que evitar el desayuno provoca, horas más tarde, que los alimentos grasos y ricos en calorías sean más atractivos. Estudios previos habían demostrado que el desayuno calma el apetito.
Sin embargo, el doctor Tony Goldstone y su equipo del Imperial College de Londres querían saber qué ocurre dentro del cerebro y cómo esto altera la forma como una persona consume alimentos.
Conocé más leyendo el artículo de la BBC – Foto: © Tomsza | Dreamstime Stock Photos