Antes del descubrimiento del DNA móvil, la síntesis neodarwinista no podía explicar la evolución a partir del polimorfismo generado por las mutaciones puntuales, por otro lado, los estudios citológicos indicaban que los fenómenos de especiación estaban frecuentemente asociados a la producción de reordenaciones genómicas de las que se desconocía la causa.
Hoy sabemos que el motor son los elementos móviles. El reto de las siguientes décadas es saber de donde surgen los elementos transponibles, que condiciones ambientales y genómicas favorecen su aparición y que factores regulan su actividad. Pero ya podemos avanzar que la imagen de la evolución que surgirá de todos estos conocimientos será aún más dinámica que la actual.