El que está detrás de todo esto
es también el que está delante,
y arriba y abajo,
y en medio de todo este embrollo.
Soy casi un Juan Palomo:
«yo me lo guiso y…»
…tú te lo comes.
¡Que te aproveche!
Este cura jumillano,
viejo más que viejo,
retirado ya para siempre
de la circulación eclesiástica,
tuvo un día la feliz chifladura
-y no por la fuerza del vino de su tierra,
sino por la Fuerza que mueve los astros-,
de compartir contigo
lo mejor que tenía en sus carpetas
y lo mejor que encontraba en la Red.
Y así nació Mercabá.
Ahí está, ahí está.
Y esta presencia me exige
compartir siempre contigo,
sin saber quién eres ni cómo eres,
todas las horas del día
y lo latidos de mi débil corazón.
Si me escribes,
es probable que no te responda,
aunque siempre tendré en cuenta lo que me digas.
Poco tiempo me queda,
y como el poeta,
voy aligerando mi equipaje
para cuando el Padre
quiera llamarme a Casa.
Llegará el día
en que llamarás a Mercabá
y no te responderá nada,
ella, que tantas y tan bellas cosas te ha contado;
suplica entonces al Padre del Cielo
que tenga piedad de mi alma.
Un entrañable abrazo
de Pedro Azuar